sábado, 18 de abril de 2009

Latinoamérica está 12 veces más lejos de Internet que los países desarrollados

Aunque los latinoamericanos han duplicado su participación en el uso de Internet y los ordenadores desde el año 2000, la adopción per cápita de las tecnologías TIC es doce veces menor que en los países desarrollados. El hecho de que la telefonía móvil esté mucho más extendida que los ordenadores e Internet, pone de manifiesto que la implantación de las TICs está relacionada con el coste de estas tecnologías y con las habilidades necesarias para su uso, una evidencia a tener en cuenta a la hora de planificar estrategias de desarrollo de la sociedad de la información en la región.

Los retos clave de los países en desarrollo no son la falta de ordenadores ni de conexiones a Internet, sino la pobreza, la desigualdad o las carencias del sistema educativo, por lo que la adopción de las TIC, bajo circunstancias adecuadas, puede jugar un papel fundamental en los procesos de desarrollo de estas regiones, según Enter, el Centro de Análisis de la Sociedad de la Información y las Telecomunicaciones del IE Business School.

Tomando como ejemplo el caso latinoamericano, el informe de Enter analiza la dimensión de la brecha digital en la región (mayor cuanto más elevado es el coste de la tecnología y las habilidades necesarias para su uso) y mantiene la necesidad de identificar de manera acertada la forma en que se ha de afrontar el cambio tecnológico.

Otro de los puntos en los que el análisis pone especial énfasis es en la importancia que tienen para el desarrollo de las TIC en la región las inversiones en educación y capital humano, destacando al respecto que la brecha entre países desarrollados y en desarrollo con respecto a la penetración per cápita de ordenador e Internet es el doble que la registrada en el caso de la telefonía móvil.

El informe concluye afirmando que “América Latina se encuentra bien posicionada para apalancar sus ventajas comparativas […] con el fin de alcanzar metas de desarrollo mediante inversiones eficientes en TIC”.

De todas formas, puede que no sea tan sencillo. En una entrevista concedida a la revista Tempos Novos, la Catedrática de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Santiago de Compostela, María Xosé Agra, afirma que la pobreza, en muchos casos, sólo se liga a gobiernos corruptos, falta de gobernabilidad o existencia de conflictos bélicos. Además, como hemos expuesto en otra ocasión, no existen soluciones fáciles para la erradicación de la pobreza y para la consecución de los Objetivos del Milenio desarrollados por la ONU.

Tecno-optimismo y riesgos

A esta realidad hay que sumarle el hecho de que todas las acciones científico-tecnológicas pueden traer consigo diversos tipos de riesgos más o menos profundos. Aún así, es palpable el “tecno-optimismo” actual del que habla Peter Huber en la revista Forbes, al afirmar que la globalización económica, que aboga por las tecnologías biotech o nanotech, ve con buenos ojos la permanente transformación tecnocientífica y la denominada metáfora cyborg, así como el crecimiento sostenido por la acumulación de conocimiento y de capacidad de innovación. No obstante, la situación actual dista de ser tan favorable por lo menos para las regiones con menor poder adquisitivo.

En este sentido, el informe de Enter señala que este “tecno-optimismo” tiene que ser claramente matizado y revisado. Tanto es así, que aunque la adopción de las TIC puede mejorar el funcionamiento del sistema económico a distintos niveles (mercados, empresas, suministros, gestión pública y capital social), es preciso identificar la combinación propicia de tecnología e insumos en función de las circunstancias para evitar así fracasos en su desarrollo.

De hecho, tal y como dice el informe, prueba de ello son las altas tasas de fracaso y el escaso impacto de muchos proyectos TIC para el desarrollo. Un ejemplo paradigmático de ello es que una gran mayoría de los latinoamericanos no han entrado en un telecentro, durante el período 2002-2007, debido a que sus intereses han estado centrados en la consecución de dispositivos de telefonía móvil. De todos modos, y como hemos publicado recientemente, en zonas como México la progresión de la telefonía móvil parece no estar suficientemente clara.

Brecha digital

En los últimos diez años, los datos recogidos por Enter señalan que las distancias entre las regiones más empobrecidas y las enriquecidas del mundo han disminuido en lo que se refiere al uso de las TICs. En este sentido, durante el período 2000-2008, los latinoamericanos han duplicado su participación en Internet, pasando de un 5%, al comienzo del 2000, a un porcentaje que ronda el 10% actualmente.

No obstante, si lo que consideramos es la tasa de adopción por habitante o empresa de las TIC, la situación cambia notablemente. De hecho, al analizar la penetración per cápita de los ordenadores e Internet en el mundo, descubrimos que la brecha es de 12 veces mayor implantación en las regiones más enriquecidas. Sin embargo, en el caso de la telefonía móvil la brecha se reduce a la mitad, registrando una penetración sólo 6 veces mayor en las zonas más desarrolladas.

Recordemos que en la implantación de las TICs (aunque esto es ampliable a otros sectores) existe un grave condicionante proveniente de los ingresos individuales. Por ello, la brecha digital será mayor en el caso de las tecnologías con mayor coste y que impliquen mayores habilidades y bienes complementarios. En cambio, las tecnologías que impliquen un menor gasto y que requieran menos activos complementarios serán las que estén más cercanas a la situación de las regiones más desarrolladas.

Esta conclusión debiera ser muy tenida en cuenta a la hora de desarrollar planteamientos empresariales de implantación de un determinado servicio o producto en la zona, o también a la hora de planificar cualquier política tecnológica. Sea como fuese, el incremento de la sociedad red de la que hablaba Manuel Castells es fundamental en el sistema social en el que estamos, por lo que los dirigentes de estas regiones tienen que hacer una apuesta clara por las TIC y favorecer su implantación en regiones como Latinoamérica, concluye el informe de Enter.

Juan R. Coca

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